Abelardo Ramos el Imperdonable
16/8/2007. Por Carlos Alberto Falcone
En ese sentido se mueven acorde con la gran prensa y con un amplio sector de la clase media semi ilustrada. Los que quedan afuera de este aparato cultural son los intelectuales malditos, siempre menospreciados y habitantes de la marginalidad populachera o condenados al eterno silencio. Este es su sino en vida y al morir, no les cabe otro destino que eldel cementerio de los malditos. Pero con el tiempo algunos, ante la imposibilidad de borrarlos por la grandeza de su obra y el reconocimiento popular y al cambiar la realidad sobre la que actuaron,son aceptados, aunque pagando el alto precio de ser utilizados en contra de lo que lucharon. Es así que, hoy por hoy, cualquier progre cita a Arturo Jauretche, sin pensar que unos pocos años antes lo hubiera tratado de fascista, tal cual lo hicieran sus antecesores. Ni que decir de Discepolo, al que se lo recuerda fundamentalmente por Cambalache, el que, como todo el mundo y el presidente Kirchner saben, escribió para la década del 90.¡ Pensar que fue llevado al suicidio por el odio feroz de los mismos sectores que ahora lo utilizan para actuar con el mismo resentimiento!! Abelardo Ramos destinó textos fundamentales para esclarecer estas cuestiones. Perolo que la inteligencia y los sectores antinacionales no pueden perdonar en el no fueron tanto sus escritos, sino mas bien sus actitudes políticas. Debemos decir que estas no siempre estuvieron directamente ligados a ellos, por aquello que la realidad es cambiante y la política es fundamentalmente coyuntura. Para los que ya ven en esto al pragmatismo “menemista”, me busque dos buenos laderos para que me acompañen, porque es la marxista Rosa de Luxemburgo la que nos enseña que “la primera regla de los revolucionarios es marchar con la evolución de los tiempos y rendirse cuenta constantemente a sí mismos sobre los cambios en el mundo, así como en la estrategia”, y el mismísimo Lenín aseguraba: “si la teoría se opone a la realidad, peor para la teoría”. Una vez demostrado que estamos del lado de los buenos, continúo. La vida de Abelardo Ramos fue una sucesión de irreverencias, pero hay cuatro que fueron fundamentales, a saber:Apoyó a Perón, cuando la inteligencia y los progres lo trataban de fascista, corrupto, ladrón y entreguista. No nos olvidemos que el golpe liberticida del 55 fue dado porque Perón entregaba el petróleo argentino a la California! Me excuso de dar mas detalles sobre la infame campaña de la prensa, la clase media y los intelectuales progres sobre Perón y sobre quienes lo apoyaban ya que es relativamente reciente. Para los mas jóvenes les diré que, en odio clasista, solo la puedo comparar con la que se esta llevando acabo ahora contra el ex presidente Menem. Para quienes lo quieran constatar existen numerosas publicaciones y Ramos lo detalla a la perfección en sus libros de historia.
Segunda irreverencia: continuando la mejor tradición revolucionaria mundial,Abelardo Ramos rechazó a los grupos terroristas que actuaban en nombre de un indeterminado socialismo, demostrando que en esencia ese falso revolucionarismo pequeño burgués escondíasu verdadero odio al Peronismo real, tal cual la historia lo había parido. Aún en medio de la noche del Proceso militar oligárquico, nos enseño que, para combatirlo,la negra bandera de la muerte no es la del pueblo ni la de los trabajadores y mostró el rostro de la violencia individual tras los supuestos “jóvenes peronistas” de la tendencia revolucionaria que terminarían chocando con Perón, al que en privado no dudaban de tildarlo con el exquisito y científico apelativo de “viejo de mierda”.
Tercera irreverencia: apoyó la lucha de Malvinas y la sostuvo en medio del retroceso Alfonsinista, lo que no es decir poco. Señalar el carácter antiimperialista de la guerra y pedir que se condecorara a los Tres Comandantes, en esos tiempos, significaba transformarse en una especie de muerto civil, de colaboracionista de la dictadura, de “innombrable” para la inteligencia y la clase media progre, que repetía con Borges que la decisión de emprender la guerra había sido una “huida hacia delante” de los tres Comandantes.
Pero con el tiempo y los violentos virajes de la historia los hechos van perdiendo su virulencia, van desvaneciéndose en una niebla contradictoria y llegan a ser utilizados hasta por los sectores que en su momento los hubieran rechazado con todas sus fuerzas.
Así es que el Perón del 45 dejó de ser el tirano innombrable y pasó a ser mostrado como un viejito muy amigo de los pobres, inventor delaguinaldo y que si volviera a vivir, sacaría a patadas del gobierno a todos los peronistas. No había gorila antiperonista que no reflexionara sobre la consabidatraición de Menem a la “política social” de Perón, y terminara suspirando: ¡Si el General volviera!.
La cuestión de lo que se llamó la “Tendencia Revolucionaria” es otra historia, porque ha ganado en actualidad y eso la ha puesto de nuevo en discusión. A mi solo me lleva a reflexionar cual sería la posición de Ramos hoy, en vista a los claros análisis de ayer.
En cambio la Guerra de Malvinas también pasó a ser deglutida rápidamente por la progresía, que hasta la transformó en una causa antimilitarista. Sirve también, llegado el caso, para practicar ese Yankis go homeal que son tan afectos los restos supervivientes del PC y otras diversas sectas de la eufemísticamente llamada “izquierda”.
En fin, en ultima instancia, Ramos podría haber sido perdonado por estas impertinencias del ayer, que ya se torna borroso. Hasta se podría haber transformado en un referente anómalo para la inteligencia y la progresía cacerolera. Una especie de Jauretche vivo, hablando sobre la ya inexistente oligarquía terrateniente, criticando acerbamente aljubilado Alsogaray y a su desaparecida organización política, un critico documentado de los gobiernos militares del 70 y organizador de escraches contra Videla, Pinochet y la impunidad. Un Discepolo nostálgico del tiempo pasado(que, por supuesto, fue mejor), narrador de anécdotas mas o menos graciosas y más o menos antiperonistas del propio Perón.
Pero no. Tal como Brasil se niega a ser “el gran país del futuro”, Ramos se opuso a constituirse como el “político que acertó en el pasado”. Con uno solo golpe de capa, se lanzó hacia su cuarta y definitiva irreverencia final, rompió con el hechizo que le tendía la prensa seria, los libros, la inteligencia y hasta muchos de sus amigos, prisioneros de un ayer que se deshacía diariamente como la nieve al sol. Disolvió su partido, ingreso al peronismo y se fue con Menem y “con los negros”, a combatir a quienes habían sido los enemigos de Perón, a los críticos de Malvinas, a la izquierda cipaya y a los “jóvenes revolucionarios”, a la gran prensa y la inteligencia antipopular, a los políticos e intelectuales que medran en las cercanías del poder sin que se les pueda caer una sola idea sobre los formidables cambios que se suceden en nuestro país, en el continente y en el mundo. En fin, se fue a enfrentar a los que siempre había enfrentado y se constituyó en el ultimo gran maldito de la historia argentina.
¡Una verdadera lastima! ¡Justo cuando todo nos era perdonado, sus seguidores volvemos a transformarnos en un grupo impresentable, defensores de lo indefendible! ¡Otra vez como con la Unidad Latinoamericana! Otra vez como con Roca, con Malvinas, con Perón….! ¡Otra vez sopa!
Recuerdo que en la década del 70, cuando trabajosamente abríamos en todo el país locales del FIP y adornábamos sus habitualmente cochambrosas paredes con toda la parafernalia izquierdista (Lenín, Marx, etc.) a la que agregábamosnuestros San Martín, Bolívar, Artígas, etc, Ramos nos aconsejaba poner en un lugar de privilegio la infaltable lamina de Perón. Decía “Con Perón en un lugar destacado, nos aseguramos que ningún equivocado de la izquierda cipaya venga a complicarnos la vida.” Y completaba “ Perón es para los izquierdistas como el ajo para los vampiros”.Podríamos decir que hoy cambió el tipo de ajo y hasta algunos vampiros se han reciclado, pero en esencia, el efecto es el mismo!!. En realidad, si lo pensamos bien, es que todo cambió, pero en el fondo, todo sigue siendo igual.
Me imagino la mueca sarcástica y hasta la prevención que habrían despertado en Ramos, tantos homenajes, tanta tinta inútilmente derramada. Estaría, con los anteojos levantados, subrayando párrafos y gozando del odio estéril con el que algún representante de la intelectualidad progre decidió remarcarlas históricas diferencias. Creo que lo consideraría la mejor parte del homenaje. No por la significación de su autor, sino porque sería la que el vicio rinde a la virtud, indicando claramente que para esa argentina antiperonista y antipopular, Ramos sigue siendo un imperdonable. Y eso pese al único y grave error cometido al final de su vida. Que fue el de dejarnos cuando, como siempre, tanto lo necesitamos.