Charles BEARD
De frente y De PERFIL
Visto por MAMBRU
LA historiografía de los Estados Unidos, muy abundante ha cobrado en los últimos años un acusado vuelco. A fines del siglo pasado la aparición de los monopolios, de los Trusts y todas las otras expresiones del imperialismo, suscito entre los historiadores norteamericanos una corriente hostil. Aun desde el punto de vista académico, gravitaba sobre estos publicistas la tradición del liberalismo clásico que veía en la libertad de comercio y en las ilusiones del pequeño productor bastiones inatacables de su estilo de vida. Charles Beard represento soberanamente esta tendencia de los historiadores tradicionales que sin dejar de idealizar los orígenes de Estados Unidos como nación, buscaban en sus datos económicos la clave de sus fenómenos políticos. Este método, inocente en principio, debía conducir a Beard a conclusiones molestas para los “barones expoliadores” del capital financiero. Nacido en 1874, Beard se educo en la Universidad de Columbia, Oxford y Cornell. De 1915 a 1917 fue profesor de política de la Universidad de Columbia; en 1922 dirigía la Escuela para el Servicio Publico y era consejero del Instituto Municipal de Investigaciones de Tokio. En 1923, también era asesor del Ministerio de Asuntos Interiores del Japón. Sus libros, sobre todo “los orígenes económicos de la democracia jeffersoniana”, educaron a toda una generación de críticos. Aunque sus observaciones estaban inevitablemente limitadas, por su concepción liberal de la historia, en nuestros días las opiniones de Beard y, más bien, las concepciones políticas que se derivan de sus premisas, constituyen un peligro para la historia oficial que tiende a consagrar como héroes de la nación a los presidentes de los Trusts. De tal manera, las corporaciones toman su revancha sobre el liberalismo histórico. Un método crítico más riguroso que el del honesto Beard, sobrepasado por este siglo, será necesario.
Artículo publicado en el diario El Laborista
Edición del 11 de abril de 1953 (Pág. 07)