LA PREGUNTA DE BEVAN
¿Estados Unidos Hace la “Guerra Fría” a Rusia o a Gran Bretaña?
Por Victor Almagro
EXCLUSIVO
PARIS.- Cuando la asfixiada burguesía alemana designó a Hitler como su mesías y puso su fe el nazismo, esa fue la hora dramática de la diplomacia soviética. Cuando la inagotable producción japonesa a costos imbatibles arrojaba a sus competidores al mar, el Soviet se sintió un poco más seguro. Cuando las fricciones entre los imperios satisfechos y la burguesía alemana sobresaturado sacaban chispas, en el Kremlin se tejían complicados acuerdos. Fueron estos resquicios de la inestabilidad capitalista, los que permitieron a la URSS recuperar transitoriamente cierta capacidad de maniobra. Pero la derrota de Alemania y Japón ha permitido presentar un frente imperialista homogéneo a la Cortina de Hierro. La Unión Soviética y sus satélites se encuentran rodeados por un solo y poderoso enemigo. Los Estados Unidos constituyen el jefe único y autorizado. Casi todas las potencias han destacado su autoridad y jurado lealtad.
La situación no es fácil para la burocracia soviética que se ve impelida a una guerra de la que teme tanto la derrota como la victoria. El camino de las intrigas y los compromisos de la “guerra fría” sólo desgasta a los aliados occidentales y permite a la URSS mantener el “stato quo”. Mientras tanto, las fricciones de las viejas potencias le prestan una débil esperanza. De todas las contradicciones económicas y políticos, los rozamientos entre Estados Unidos y el viejo león británico son los de mayor repercusión. La guerra de Corea intensificada por los yanquis, la improbable ayuda de los EE.UU. para soslayar la crisis de las islas, los derechos aduaneros impuestos a las mercaderías británicas, la resistencia de Imperio a participar efectivamente en la Confederación Europea, el apoyo norteamericano a la producción alemana y japonesa que ya compite en los mercados internacionales, todos estos hechos concretos que apresuran el hundimiento de Imperio, han dado una nueva esperanza a la burocracia soviética. La presencia de Gromyko en Londres tendrá el efecto de un catalizador para las fuerzas neutralistas que apenas se atreven a insinuarse. Día a día la izquierda del Laborismo presenta un frente mas compacto contra Estados Unidos y logra un mayor apoyo de la clase obrera. Bevan, hablando ante 10.000 espectadores, ha expresado hace pocos días: “La consecuencia de la influencia norteamericana en el Japón es la desocupación de la industria textil británica. Cerrando a la Alemania Occidental los mercados de Europa Oriental, Estados Unidos ha intensificado la competencia alemana contra Gran Bretaña. Nosotros debemos preguntarnos: contra 1,3 quién esta dirigida la guerra fría: ¿Contra Gran Bretaña o la Unión Soviética?”.
Sin embargo, los dados ya están echados. Inglaterra no se desatara del carro a pesar de que Gromyko apoye sus protestas y coree sus lamentaciones.
Articulo publicado en el Diario Democracia
Edición del miércoles 2 de julio de 1952 (Pág. 1)