Pietro BADOGLIO

Visto por MAMBRU

De frente y De PERFIL

EL mariscal Badoglio nació en 1871. En su larga carrera militar y política reunió varios títulos: Marques del Sabatino, Duque de Addis Abeba.

Conócese la tendencia meridional de los títulos pomposos. Ignoramos el origen del marquesado. En cuanto al ducado ya se sabe que los hábiles ingleses le soplaron una vez más la colonia a la Italia irredenta. Badoglio había sido senador en 1919.  Cuando Muzzolinni alquilo una camisa negra y tomo el tren para hacer cómodamente la marcha sobre Roma, Badoglio encontró que el régimen le permitía no solamente ser embajador en el Brasil sino también marques en 1928 y gobernador general de Libia durante los diez años que precedieron al estallido de la Segunda Guerra Mundial.

También había desempeñado el cargo de jefe del Estado Mayor del Ejército, de la Marina y del Aire durante gran parte de la era fascista.  Cuando el Duce, exaltado por las ruinas del Foro Romano, invadió el continente negro, Badoglio fue designado Alto Comisario en el este de África.  Era el año 1935. Un año después era virrey de Abisinia, pero no lo pasó muy bien después de los “ras” del bárbaro territorio que enviaban emisarios con flechas envenenadas.  El virrey no las tenia todas consigo.

Dos años después recibió el cargo más sedentario de Presidente del Buró Nacional de Investigaciones.

A Badoglio, digamos finalmente, le correspondió el melancólico papel de asumir el cargo de Primer Ministro, titular de Asuntos Extranjeros en 1943, cuando el Supremo Jefe fue volteado por una conspiración de gabinete.  Badoglio aguanto en el cargo hasta junio de 1944, situación incomoda que solo su hondo fervor monárquico le permitió soportar.

El fin de la guerra presencio su crepúsculo político.  El viejo soldado descansa ahora cargado de gloria.

Artículo publicado en el diario El Laborista

Edición del 21 de Noviembre de 1953 (Pág. 6)

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