EL CAUCHO MALAYO
Bajo Fórmulas Ambiguas Oculta su Apetito del Imperialismo Británico
Por Victor Almagro
EXCLUSIVO
PARIS.- La caída del caucho en el mercado mundial asesta un duro golpe al imperio británico. Su rica colonia de Malaya es gran productora. Por el caucho luchan varios miles de de soldados británicos en la selva, batiéndose día y noche son los guerrilleros nacionalistas que pugnan por expulsarlos del territorio malayo.
Los fines declarados de esta guerra secreta que no ocupa las planas del periodismo mundial sino incidentalmente, pero que dura ya varios años, son los de “restablecer el orden”. Bajo esta fórmula ambigua se esconden los voraces apetitos del imperialismo.
Ahora la crisis del caucho lanza a la publicidad algunas cifras significativas: la fuente principal de divisas en el conjunto de la zona esterlina en Malasia, cuyas exportaciones de productos raros proporcionan al Imperio 400 millones de dólares por año. Basta decir que el caucho representa el 67 % del tota1 de las exportaciones malayas. La prensa británica no oculta su inquietud y un comentarista ha podido decir que esta baja del caucho es un hecho más grave que una insurrección comunista. Varias fábricas de transformación del látex han cerrado en Singapur, dejando a 6.000 obreros nativos sin trabajo. El pánico reina en las pequeñas y medianas plantaciones, que abastecen más de la mitad de la producción total.
Los eternos “especialistas” en la economía del Imperio consideran que la única solución a la vista consiste en la disminución de los salarios obreros, aunque en los medios competentes no dejan de comprenderse las graves repercusiones que esta política acarreará. En síntesis, esta crisis del caucho ha conmovido a todo el Imperio británico, bastante debilitado ya. Es opinión general en los círculos financieros que esta caída de los precios agravará el déficit de dólares de la Oficina de Cambios en Londres y pondrá en peligro a la libra esterlina misma.
• Estados Unidos gran comprador
Los plantadores de caucho en Malasia, predominantemente británicos, han recibido con ansiedad el fracaso de la conferencia de Ottawa sobre el caucho. De ese sector del Imperio se reclama un acuerdo inmediato entre Gran Bretaña y Estados Unidos para la fijación de un precio estable y razonable del caucho malayo, que de acuerdo con la doctrina liberal del poder, pertenece en realidad al pueblo de Malasia. Los plantadores británicos y sus representantes políticos en el gobierno de Londres, sin embargo, no están preocupados por estas doctrinas democráticas sino por el ritmo de los precios. En estos momentos aparece en su verdadera dimensión el valor de las colonias pan el imperialismo.
La situación está plena de contradicciones graves. Los grupos imperialistas británicos interesados en el caucho malayo exigen una reanudación de las relaciones comerciales con China roja, para lo cual se hace necesario levantar el embargo establecido por mandato de Estados Unidos sobre el intercambio con esa nación. Es útil destacar, por otra parte, que ha sido precisamente este embargo comercial el que ha promovido la crisis del caucho, pues ha convertido a Estados Unidos en el monopolista de hecho y en el único gran comprador del caucho y del estaño. En esa situación maestra, domina los mercados y fija los precios a la baja. Wall Street no necesita colonias; explota las ajenas.
Artículo publicado en el diario Democracia
Edición del Domingo 22 de Junio de 1952 Pág. 1