Tommaso GALLARATI-SCOTTY
Visto por MAMBRU
De frente y De PERFIL
CUANDO Garibaldi, al frente de sus mil guerreros emplumados, perforo el muro de Roma, el Sumo Pontífice se atrinchero en el Vaticano y rehusó reconocer la nueva situación. Italia pasaba del particularismo regional a la monarquía centralizada; después vendría el interregno sangriento de la primera guerra y el fervor mazziniano de “Risorgimento” se perdería entre los acordes enfáticos de la “Giovinezza”. La última republica italiana aparecería en el horizonte sometida a las contradicciones de nacimiento que hoy desgarran a esa nación. Revueltas sicilianas, marqueses comunistas, democristianos del plan Marshall, sobrevivientes neofascistas de la Republica de Saló, liberales prehistóricos, cortesanos sin rey, campesinos sin tierra, obreros ateridos del norte, dibujaban un rostro contemporáneo del país clásico.
El duque de San Pietro, príncipe de Molfeta, marques de Cerano y conde de Colturano, nació en 1878. Educado en el culto de la tradición garibaldina, cuidado vástago de un apellido patricio, fue escritor y diplomático, estudio las leyes: esto significaba una cosa moderna para un príncipe de la sangre. En la primera guerra mundial sirvió en el ejército italiano, obtuvo la medalla de plata por el valor militar, pero ya el duque de San Pietro representaba una nobleza en crisis. La mascarada fascista no éxito su admiración; por el contrario, el marqués de Cerano (signo de los tiempos) escribió un libro titulado “G. Manzini e il suo idealismo político e religioso”, en 1904, lo mismo que “Francesco d´Assisi”. La literatura dulcifico sus horas de silencio político. Su “Storie dell´amor sacro e dell´amor profano” demostró de las inclinaciones de su espíritu. En 1945 fue embajador italiano en España y en 1947 representó a su país en Gran Bretaña. El liberalismo de este noble diplomático resulta subversivo ante los ojos del príncipe de Borguese
Articulo publicado en el Diario El Laborista
Edición del 9 de Junio de 1953 (Pág. 06)