Trifón GOMEZ
Visto por MAMBRU
De frente y De PERFIL
NACIO en 1889. Mientras el “Noy del Sucre” ofrecía en Barcelona discursos y dinamita, mientras los artesanos de Madrid murmuraban contra el rey, Trifón Gómez hacia su aprendizaje político en el partido de Pablo Iglesias y consagraba sus esfuerzos a la organización de los obreros ferroviarios del norte de España. Desde el comienzo fue sensato. En 1915 España aprovechaba su neutralidad para desarrollar la industria y hacer buenos negocios. En ese mismo año Trifón Gómez era el secretario general del sindicato de los trabajadores del riel. Durante toda su vida sindical intento cortarle el paso a la C. N. T anarco-sindicalista, atrincherado desde la Unión General de Trabajadores de orientación sindicalista amarilla. Sin embargo, la C. N. T agrupó de una manera mayoritaria a los trabajadores revolucionarios españoles. El camino y los métodos de Trifón Gómez eran la conciliación y la mesa de los caballeros, arte difícil de ejercitar en una España conmovida por los temblores sísmicos de la crisis social y por la presencia de los anarquistas. En 1931 Trifón Gómez era elegido miembro del Consejo Municipal de Madrid. En ese año el rey había caído como un fruto gastado y la Constitución Republicana anunciaba jubilosamente al mundo el nacimiento de una republica de todas las clases. Trifón Gómez fue uno de los teóricos y al mismo tiempo uno de sus enterradores. Miembro de las Cortes (jamás se hablo tanto para decir tan poco) se encontró naturalmente colocado en el Frente Popular que fue una de las principales trampas para los obreros españoles. Desde 1936 a 1939 estuvo en la Intendencia General de Ejercito Republicano, fue presidente del Instituto Nacional de Previsión y del Banco Hispano-Americano, al mismo tiempo que delegado de la U. G. T. a la Conferencia Internacional de Trabajo en Ginebra. Especialista en los discursos inconducentes prosiguió su tarea en la inmigración, como miembro del espectral gabinete republicano, añorando una buena republica griega donde algunos podrían hablar y los otros trabajar. Será difícil que los trabajadores españoles le reserven a Trifón Gómez en el futuro una silla en alguna oficina sindical.
Artículo publicado en el Diario El Laborista
Edición del 21 de Mayo de 1953 (Pág. 06)