CURIOSA DEFLACION
Hay que Consolarse Guerreando: Sigue en Baja el Costo de la Muerte
Por Victor Almagro
EXCLUSIVO
PARIS.- — El tema de las elecciones norteamericanas mantiene el interés en la opinión pública de Europa. En Gran Bretaña y Francia, sobre todo, las incidencias tragicómicas, de la campaña- la acusación de corrupción hacia Nixon, su lloroso “mea culpa”- suscitan numerosos comentarios y conjeturas en las esferas periodísticas v diplomáticas. Pero el hombre de la calle, el obrero francés, el empleado británico, las amas de casa, advierten en el torrente de cables alusivos noticias increíbles. Un profesor de física aplicada de la Universidad de Cambridge por ejemplo anuncia que en dos años más, en virtud de los progresos atómicos, matar a un hombre sólo costará -militarmente hablando— unos 50 pesos argentinos. Si bien es cierto que la vida es difícil en estos tiempos borrascosos, la muerte por lo menos, será menos costosa. Los presupuestos de las próximas guerras estarán más aliviados.
Es una reconfortante compensación. Es en ese clima contradictorio que se desarrolla la campaña electoral norteamericana. Los dos candidatos han apelado a la ciencia psicológica, la más elemental, la que propaga las “selecciones del Reader”, para que sus discursos penetren en el corazón del electorado. El resultado que registran los sismógrafos profesionales es que el público norteamericano se encuentra cansado de la guerra de Corea. Este conflicto será un factor determinante en la decisión de noviembre. El motivo no es difícil de adivinar. A los Cien mil muertos, heridos y desaparecidos que aluden las cifras oficiales y cuyo destino afecta a varios centenares de miles de personas, deben añadirse los nuevos llamados a banderas, el abandono de la ayuda familiar de esos jóvenes enrolados y todos los problemas anexos.
En la clase de los agricultores este sentimiento de hostilidad hacia la guerra de Corea parece manifestarse con mayor fuerza. Nadie ignora ya que el estallido de las hostilidades determinó en junio de 1950 un repentino ascenso en los valores de las empresas industriales ligadas con la fabricación de armamentos. La prosperidad vacilante de Estados Unidos, que amenazaba desaparecer en esa época, recibió un poderoso impulso con la iniciación del fuego en Asia. Hoy, por necesidades electorales, demócratas y republicanos se refieren a la paz de Corea é intentan atribuirse para sí mismos los méritos de un armisticio próximo. El senador republicano William Jenner ha declarado: “De acuerdo a informaciones de buena fuente, el Departamento de Estado despliega actualmente una actividad febril para obtener una tregua en el mes de octubre. Si la administración puede obtener una tregua este otoño, también habría podido obtenerla hace un año y salvar miles de vidas norteamericanas. Pero, hace un año, la administración tenía necesidad de una guerra para prolongar su prosperidad artificial y ahora espera poner fin provisoriamente a las hostilidades para sacar una ventaja política”. Estas palabras significativas las leen en los diarios no sólo los lectores norteamericanos, sino el público europeo y también los asiáticos. Con una admirable potencia de síntesis, el senador Jenner ha desnudado la verdad esencial de la guerra coreana. ¿Pero, no estaba en peligro la seguridad occidental, la UN, las cuatro libertades los derechos del hombre y otras yerbas ¿Pero el paralelo 38 no separaba la brujería de la ciencia, el bien del mal, la civilización de Georgia de la barbarie de Fusan? El senador Jenner nos ha desconcertado. A los electores norteamericanos le tocará elegir. Pero ¡ay! no tienen opción. La prosperidad aniquila el espíritu crítico. Votarán por la paz y al día siguiente sus elegidos harán la guerra.
Artículo publicado en el Diario Democracia
Edición del Jueves, 9 de Octubre de 1952 (pág. 1)