¿MONROE VIAJA HACIA EL CAIRO?
Asoma el Puño de Wall Street Tras el Diálogo Egipcio- Británico
Por Victor Almagro
EXCLUSIVO
PARIS. (Especial).- El obscuro Monroe no soñó jamás en inmortalizar su nombre. Era un presidente ocupado con los conflictos estaduales y los pequeños placeres del poder. La historia posterior de Estados Unidos amplio la orbita de una doctrina (formulada por su secretario) que llevo su nombre mas allá de todo limite. La doctrina Monroe sirvió, en primer lugar, para alejar la influencia británica de las jóvenes republicas latinoamericanas y luego para extender el control yanqui sobre porciones cada vez mas dilatadas de territorios extracontinentales. En los últimos tiempos la doctrina monroe, que es el seudónimo jurídico de la política mundial del imperialismo, llega hasta el Asia, pero no soslaya el Medio Oriente. Detrás del dialogo visible entre Egipto y Gran Bretaña asoma de manera irresistible el puño de hierro de Wall Street.
Faroux cambia de ministros
La caída de Nahas Bajá expresa la decisión egipcia de modificar su intransigencia hacia el imperio británico y llegar a un acuerdo amistoso. Este cambio esta esencialmente dictado por la impotencia política de la corona para obtener el apoyo activo de los países árabes sobre la base de una lucha audaz contra el imperialismo. En otro sentido, la presencia de las masas de El Cairo y de Ismailía en las calles, sus luchas armadas contra la policía egipcia y las tropas británicas ha enfriado el entusiasmo del gobierno egipcio por el movimiento nacional. El pueblo en armas intimida más a la corona que los fusileros del general Erskine. El resultado inmediato de este miedo ha sido la caída de Nahas Bajá y las recriminaciones entre el partido “wadf” y el ejército egipcio, que se acusan mutuamente de haber estimulado los motines. La mano tendida del nuevo primer ministro egipcio hacia el gabinete de Londres completa la escena. El embajador de Estados Unidos en El Cairo, que no ha podido tomar sus “whiskys” tranquilo con tanto tironeo, encuentra ya un ambiente mas grato en la capital egipcia y sus consejos son escuchados en las altas esferas. La idea de un abandono del Canal de Suez a cambio de la colaboración egipcia en la defensa del Oriente Medio parece abrirse camino en El Cairo. La magnanimidad británica llega hasta el abandono de sus derechos en el Sudán (las cláusulas económicas de este abandono no son aun conocidas), pero exigen, por su parte, ceder al Estado de Israel la zona del puerto de Gaza, actualmente en manos egipcias. Dicho acuerdo implicaría para el gobierno de El Cairo la adopción de una política más conciliatoria con el gobierno de Israel. La devolución de Gaza no sólo ampliaría el poder de este nuevo Estado, íntimamente ligado a la política exterior norteamericana, sino que permitiría el crecimiento de la influencia norteamericana en Medio Oriente. Por otra parte, la devolución de la zona del canal y del Sudán a los egipcios seria realizada a condición de que Egipto participara del programa de la defensa, o sea mediante un compromiso de naturaleza económica y militar.
EE.UU. ejercía el control
Dicho en otros términos, la esfera de control pasaría de manos de Inglaterra a manos de Estados Unidos, principal promotor y financista de todo el plan de defensa. A través de este sistema “defensivo” de alianza con la vieja Inglaterra, su aprovechado socio norteamericano comienza a tomar posesión de la herencia colonial. En el desarrollo de este sofocado conflicto inter imperialista los pueblos débiles que pugnan por incorporarse a la civilización se ven obligados a marchar por un estrecho camino de montaña, flanqueado de precipicios. ¿Quién medirá las reacciones populares ante los hechos consumados por los diplomáticos profesionales?
Artículo publicado en el Diario Democracia
Edición Martes 26 de febrero de 1952 (Pág. 1)