A Jorge Abelardo Ramos por Manuel Gálvez
Lo más asombroso para mí es que partiendo usted del marxismo ortodoxo y yo de un punto opuesto, coincidamos en tantas cosas. (Pero esto del punto opuesto requiere explicación. No soy marxista, pero reconozco que el factor económico prepondera en casi todos los sucesos históricos).
Comentar algunas de sus observaciones me llevaría demasiado espacio y tiempo, y tampoco me es posible escribir mucho a máquina porque tengo en el brazo derecho un dolor muscular que me molesta bastante. Pero no dejaré de recordar sus interpretaciones de los caudillos, de Rosas, de la política exterior uruguaya, de los sucesos de Bolivia.
En varias cosas no estoy de acuerdo con usted. Creo, por ejemplo, que la revolución peronista ha sido hecha en buena parte por el mismo proletariado y que tiene por principal objeto beneficiar al pueblo.
Acierta usted en casi todo lo que dice del nacionalismo y de los nacionalistas. No creo que el nacionalismo traicione a la revolución, como teme usted que ocurra. En caso de guerra entre Estados Unidos y Rusia, y no siendo posible la tercera posición, es natural que esté contra el sistema inferior de Rusia, que no es, tampoco, el comunismo.
Me gustaría que me visitara. Le mostraría las notas que he puesto a su ejemplar.
Si se decide a venir, le ruego telefonearme por la mañana, a eso de las once, cualquier día. Yo puedo recibirlo a las siete y media de la tarde. Voy al centro, diariamente, a las tres y vuelvo a mi casa entre siete y siete y media.
Me he alegrado al saber que hay un pensador argentino de su talento y de su personalidad. A pesar de la ortodoxia marxista, se mueve usted con independencia de criterio. Y dice a cada rato, cosas magníficas.
Lo felicito muy sinceramente y le estrecho la mano con la mayor cordialidad.
Manuel Gálvez
Santa Fe 3018 Capital
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